Maca Urenda VALE VALE  «Todos los colegios debieran incorporar a niños con capacidades diferentes, porque esto permite lograr una verdadera integración social y porque esto no sólo es valioso para los niños diferentes y sus familias, sino para los niños que no tienen este tipo de características, ya que les permite entender de una manera más global la diversidad social», señaló la concejala de Viña del Mar, Macarena Urenda Salamanca, tras reunirse con la líder de la agrupación Creo Inclusión, Soledad Maturana, una de las entidades de la ciudad jardín que lucha por los derechos de los niños con síndrome de Down. 

La afirmación de la concejala se da en medio de la permanente situación en que muchos colegios no aceptan lisa y llanamente a estos menores. Soledad Maturana explicó que «si es que algún colegio los llega a aceptar, nuestros hijos además deben pasar por sistemas de selección odiosos, engorrosos. Esto debe terminar, porque ellos tienen los mismos derechos que el resto de los niños. Nosotros como agrupación estamos luchando por lograr esto».

«En mi calidad de presidenta de la comisión de educación del Concejo Municipal, siempre estamos estableciendo vínculos con este tipo de agrupaciones que juegan un rol fundamental, ya que la sociedad muchas veces olvida que hay que atender a este grupo de menores, que presentan diversas patologías y que poseen características distintas. Tengo la fortuna de conocer experiencias de otros países, como Estados Unidos por ejemplo, que tienen como premisa la integración de estos alumnos en cada curso y en cada establecimiento educacional, sea privado o público. Con ello, ganamos todos, en especial toda nuestra sociedad», dijo la concejala Macarena Urenda.

«Es en el sistema formativo donde parte la igualdad, la no discriminación y muchas veces a una, que tiene la experiencia profesional de ser profesora universitaria en materias de educación, cuesta mucho entender porqué a estas familias se les ponen tantas cortapisas. No sacamos nada con tener a estos pequeños en establecimientos especiales, aislados de un quehacer integral. Todos los establecimientos educacionales les deben abrir sus puertas a ellos y sus familias. El sistema debe ser completamente inclusivo», dijo.

 

Labor de la Corporación

 

En este contexto, la concejala Macarena Urenda destacó la labor que en este sentido cumple la Corporación Municipal de Educación de Viña del Mar, que, a su juicio, se convierte en un ejemplo a nivel nacional.

«La Corporación Municipal de Viña tiene dentro de sus  políticas el desafío de la integración de los niños con capacidades diferentes. En efecto, de un total aproximado de 15.000 alumnos de la corporación municipal, hay 2.400 que son niños o jóvenes con esta condición. Ellos son integrados a través de tres mecanismos principales. Además, la Corporación cuenta con cuatro escuelas especiales de la municipalidad. Ellas son la Juanito Aguirre, Adolfo Tannebaum, Rapanui y la Escuela para Ciegos de Chorrillos. También tiene dos centros de adultos y, por último, desarrolla un mecanismo de integración que hace que en la mayoría de los cursos haya niños con capacidades diferentes.  ‎Ellos cuentan con atención kinesiológica y profesores de educación especial, ya que el objetivo es que esos estudiantes no sólo se socialicen sino que también aprendan. En ese sentido la Corporación viñamarina es un ejemplo de integración, algo que no se ve en otros municipios ni en otros sistemas de educación», señaló la concejala Urenda.

La concejala Macarena Urenda sostuvo que es importante tener en cuenta la norma que regula este tema, respecto del número de alumnos de este tipo que deben ser integrados a los cursos. «El Decreto 170 establece un máximo de 5 alumnos con Necesidades Educativas Especiales Transitorias (NEET) por curso. En el caso de estudiantes que presentan NEE permanentes (NEEP) no pueden incluirse más de 2 alumnos por curso».